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Sobre mi

Contar sobre mí, qué difícil! por dónde empezar? intentando viajar muchos años al pasado, precisamente a mi infancia ya que ahí fue donde empezó todo. Espero no aburrir ya que suelo irme bastante por las ramas cuando se trata de contar anécdotas, y ojalá inspire de alguna manera a quienes todavía no se animan a seguir su corazonada y lanzarse en esta increíble aventura que es el arte.  Ahora sí todo listo, ¡acá va!

 

  Como la mayoría de los niños, me gustaba dibujar. Copiaba personajes de historietas y cuentos que leía. Me gustaba dibujar a Betty Boop. Algo de su estilo pin up me llamaba mucho la atención. Me pasaba largos ratos copiando los dibujos del libro de Dailan Kifki de Maria Elena Walsh. Las ilustraciones del libro de Oliver Twist, o la contratapa del Clarín donde salía la tira de “El nene Montanaro”; de Horacio Altuna. Amaba sus dibujos.​ Horas enteras dibujando.

Mi mamá me propuso entonces empezar clases particulares, pero a mí no me entusiasmaba mucho la idea de aprender a dibujar de la manera tradicional, me divertía más hacerlo a mi ritmo, con total libertad, casi como un juego. Supongo que me parecía que si eso que yo tanto cuidaba como una pasión, casi como algo sagrado, se volvía más formal, se perdería algo de esa magia. Me gustaba crear personajes y contar su historia. Y se las leía después a mi familia como una novela, a veces algunas eran bastante trágicas, un poco bordeando lo absurdo, pero creo que eran el reflejo de no tener ningún tipo de filtro en cuanto a la creatividad. El famoso “dejarse llevar” que todos los niños tienen y que a medida que crecemos se va desvaneciendo un poco. ​A los 17, cuando llegó el momento de elegir una carrera, no sabía qué hacer. No tenía nada definido, pero sentía esa presión de tener que elegir lo que sería mi profesión para toda la vida. En ese momento el arte no fue una opción para mí. Un poco por lo que les contaba antes de mantenerlo como un hobby, y además tenía muy incorporada la idea de que del arte no se puede vivir. O de que siempre es mejor tener un plan B por si acaso. Recuerden que en esa época no había redes, era más difícil darse a conocer como artista, había menos información también. En fin, las posibilidades parecían ser más acotadas. Un día vinieron de una Universidad a dar una charla a mi colegio sobre Comercio Internacional. Me pareció interesante y después de analizarlo durante algunos días decidí que sería esa la carrera. ¡Si! ¡Así de simple fue! No me arrepiento de esa decisión igual, disfruté muchísimo mis años de facultad. Pero siempre había algo que por alguna razón me conectaba con el arte. Llevaba siempre conmigo un cuaderno y lápiz para dibujar en los trayectos de ida y vuelta a casa en el bondi. Incluso en algunas clases de la facultad me parecía más interesante dibujar a los profesores que tomar apuntes de la materia.

 

Pero mi primer acercamiento con la pintura de manera más “formal” podría decirse, fue recién a mis 24 años. Fui entonces a clases con el artista Pablo Larsen durante 7 años. Disfrutaba muchísimo esas tardes de sábado entre mates, charlas de arte, de cine. Era un lugar donde además de pintar se generaba un espacio de encuentro, de expresión. Después estudié maquillaje artístico profesional y Bodypainting en la Escuela FX, e ilustración con Nestor Canavarro. Cuando todo este asunto de las redes empezó a tomar más relevancia, aproveché para compartir con amigxs lo que hacía. De a poco y de forma muy natural, la pasión por la pintura fue creciendo a tal ritmo que pasó de ser un pasatiempo a convertirse en mi estilo de vida. En el medio hice varios talleres para perfeccionar la técnica. Participé pintando en vivo en diferentes eventos, y exhibiendo obras en muestras, entre ellas en la Galería de Milo Lockett. 

Mis obras se centran principalmente en la mujer y en los animales , donde intento transmitir diferentes emociones con la mirada, y también desde lo corporal. Me inspiro en la naturaleza, en libros, como las biografías sobre artistas y novelas. El cine y la música también son importantes en el proceso creativo. Una de las cosas que aprendí con los años es que el trabajo de observación previo a la pintura es una parte fundamental. Observar personas, paisajes, obras de arte, determinados objetos.  La inspiración puede estar en muchos lados, es el ojo lo que hay que entrenar. Y luego si, pintar.​  

 

Mi búsqueda es un equilibrio entre el realismo y lo abstracto. Me gusta fusionar el retrato con elementos orgánicos, como la naturaleza. Romper de alguna manera con el realismo tradicional, con pinceladas mas abstractas, difusas y marcadas en algunas partes. Los colores son un protagonista en mis obras. Busco mezclarlos de tal forma que resalten ciertas características del personaje, con trazos gruesos, bien definidos. Utilizo diferentes materiales, principalmente acrílicos y óleos. Y luego me gusta soltarme y probar con lápices, pasteles, tizas, tintas y espátula.​ El arte es mi pasión. Pero como la mayoría de las cosas, es necesario tener constancia, disciplina y sobre todo mucha confianza y entrega. Es un camino de aprendizaje constante. Algunos días son mejores que otros, sin duda. A veces no hay inspiración, y me siento bloqueada, frustrada. Cuando eso pasa, intento despejarme un rato, cambiar de actividad para después volver con más ganas a la obra. Pero aun así en los momentos más difíciles hay una cosa que se con seguridad y es que no podría imaginar una vida sin arte.

 

​Muchas gracias por haber llegado hasta acá. Ahora me conoces un poquito más :)

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